Nuestro historietista preferido nos encomendó la realización de una serie de audiovisuales para promocionar su flamante y ya clásico libro. Y así lo hicimos durante nuestro periplo por Rosario - Córdoba en 2009 a bordo de la Drof, que cumpliría con esa odisea, sus méritos para convertirse en el vehículo oficial de la banda.
También compusimos la música original, e hicimos cantar a 3 niñas de 8 años dentro de la bañadera. Loli, y sus primas lo hicieron muy bien.
Mauma, alternaba labores entre operador técnico, y guitarrista de lujo.
La grabación transcurrió en mi casa, entre la belleza del desorden cotidiano y nuestro entusiasmo por estar participando de algo que tenía que ver con Pablo (Kiosker); tenía que ver con que nos remitía a ese viaje; con sentir que tu vida está encaminada cuando al abandonar un pueblo en la ruta, la tristeza se mezcla con la curiosidad de llegar un lugar nuevo. Tenía que ver con que a fin de cuentas lo único que hace falta para hacer arte es estar vivo. Suena muy Héctor Alterio, pero realmente así se sintió.
continuará
