viernes, 6 de agosto de 2010

Otros de otoño

Tingo:

"Habíamos pensado en el Cavern porque tenía un escenario, y luces de colores. Y porque entraba la gente acorde a lo que convocábamos. Y porque tenía camarínes, (o camerines), o camarinos, o camerinos. En donde la reunión del grupo, mas allegados fue una ceremonia de lo mas auspiciosa.

Otra cosa buena, era entrar al escenario por el costado, con todo preparado, para simplemente aparecer, colgarse la guitarra y empezar.

Recuerdo que minutos antes del inicio, en el (convengamos) camerin contiguo, estaban: un mago, un monologuista, y una mujer ayudante quitándose los maquillajes y hablando de pormenores de el espectáculo que acababan de dar: aunque nos habían avisado que previo a nuestro espectáculo habría un número artístico, nunca había imaginado que sería un show "magicómico".

Podíamos espiar detrás de un telón al público mientras el show sucedía. Y recuerdo un cuadro triste, de pocas personas dispersas que se confundían con el personal del lugar, que chalaban entre sí sin atenuar las voces.

Y nosotros haciendo cada vez mas ruido en nuestro garito clandestino..."


No hay comentarios: